Los tapaderas

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 19 de octubre de 2015 (GT).- Uno de los requisitos básicos, para permanecer y avanzar en la administración pública, es aprender a conjugar el verbo tapar. Yo te tapo, tú me tapas, él nos tapa, nosotros nos tapamos, ellos nos tapan, todos nos tapamos. Qué chulada.

Esto, es llevar a la práctica, el concepto tradicional de política : el aprender a tragar cochinda, sin hacer gestos.

Son tantos los corruptos, que aquel que pretenda ser honesto, desentona, y tarde que temprano es expulsado, para que los cochinos sigan haciendo sus cochinadas.

Prueba de esto, es lo que está pasando con el Programa Becas Progreso, del Sistema Educativo Estatal, en el que descubrieron malos manejos de recursos. La coordinadora del programa lo denunció, y debido a su osadía, en lugar de un reconocimiento y agradecimiento por su valor, la suspendieron, en tanto que los presuntos corruptos, continúan haciendo de las suyas.

Ante las presiones de los legisladores locales, para que la educación básica, sea gratuita, fue creado este programa, mediante el cual se asigna a las escuelas, determinada cantidad de dinero, por cada alumno, que destinan a la cobertura de los gastos administrativos y de mantenimiento de los centros educativos.

Con esto, a la vez, se trató de terminar con los escándalos, por malos manejos de recursos en las escuelas, y el pago obligatorio de “cuotas de cooperación voluntaria”, como condicionante para inscribir a los alumnos en cada ciclo escolar.

El problema es que, para la asignación de los recursos a cada plantel, los directivos deben cubrir una serie de requisitos y realizar trámites, de forma tal que los cheques expedidos por la Secretaría de Planeación y Finanzas Públicas, en ocasiones con cancelados, hasta que se procede a la regularización correspondientes.

Pues resulta que varios “vivillos” del Programa Becas Progreso, rescataban los cheques cancelados y procedían al cobro de los mismos. La coordinadora del programa, al detectar estas mañosadas, hizo la denuncia correspondiente ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, al considerar que se trataba de conductas delictivas, y ante la Contraloría interna del Sistema Educativo Estatal.

Como “premio” por su valiente actitud, la Contraloría suspendió en sus funciones a la coordinadora de Becas Progreso. Dicen que los auditores llegaron, sellaron su escritorio, archiveros y oficina, sin siquiera permitirle sacar sus cosas personales.

Sin embargo, a los presuntos protagonistas de los actos indebidos, no los suspendieron. Siguen en funciones. Quizás ayude un poco a entender tan absurdas medidas, el saber que uno de los involucrados y responsable del manejo de los cheques del programa, responde al nombre de Jesús de la Rosa Anaya, hermano de Andrés, de los mismos apellidos, exdirigente estatal del PAN y exdiputado federal, así como de Daniel, Secretario de Seguridad Pública Estatal.

Inicialmente el asunto se manejó con excesiva discreción, pero trascendió a la opinión pública, cuando quienes descubrieron los malos manejos, observaron y consideraron que, las autoridades competentes, más que interesarse en investigar o aclarar las cosas, trataban de solapar y cubrir a los protagonistas. Dicho en otras palabras, taparlos.

A la directora del Programa Becas Progreso, denunciante, la suspendieron, por tratar de actuar con honestidad, habiendo denunciado las cochinadas que descubrió, pero que no midió la gravedad de sus actos, al afectar al tal Jesús de la Rosa Anaya, integrante de una de las familias panistas más influyentes en Baja California.

Todo hubiera sido distintos, si en lugar de andar de “indiscreta”, se hubiera comunicado con alguno de los De la Rosa Anaya y explicado las “travesuras” del hermano Jesús. Si hubiera conjugado el verbo tapar : yo te tapo, tú me tapas, etc.

Cabe observar que hasta algunos panistas, se sorprendieron por la incongruencia y absurdo de suspender a la denunciante y de no molestar, ni con el pétalo de una rosa, al tal De la Rosa Anaya. El propio diputado panista, Cuauhtémoc Cardona, cuestionó al titular de la Secretaría de Educación Pública Estatal, Mario Herrera. Pero no hubo respuesta clara al respecto.

Incluso, el responsable del Sistema Educativo Estatal, al ser cuestionado por los periodistas, sobre este tema, prácticamente “se lavó las manos”, casi se declaró ajeno al asunto, y lamentó que la funcionaria suspendida, haya denunciado los hechos a título personal.

Cardona ha quedado mal con este asunto, pues ha estado impulsando una ley sobre transparencia y rendición de cuentas. Casi ha tenido que cerrar la boca, cuando sus propios compañeros de partido, son los protagonistas de actos de corrupción, y las autoridades estatales, en lugar de tratar de castigar a esos malos elementos, están tratando de taparlos.

Así mismo, el resto de los legisladores panistas, tan feroces en contra de políticos no panistas, cuando incurren en supuestas irregularidades o presuntos malos manejos de recursos, pero en este caso específico, se hacen “los muertitos”. No ven, no oyen. No huelen la cochinada.

Y conste, este no es el primero, y seguramente no será el único, ni el último, caso de corrupción, que se detecta y denuncia, en relación al Programa de Becas Progreso. En muchos casos, los directivos de los planteles educativos, usan los recursos, como les da la gana, y continúan aplicando obligatoriamente las “cuotas de cooperación voluntaria”, que originó este programa. Pero nadie dice nada. Salvo el caso de la funcionaria suspendida, los demás prefieren conjugar el verbo tapar. Y siguen tapando sus respectivas cochinadas.

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