Por : Gilberto LAVENANT
Tijuana BC 31 de julio de 2015 (GT).- El modelo económico mexicano, es sumamente injusto. En México viven los hombres más ricos del mundo, pero irónicamente cada día crece el número de mexicanos en condiciones de pobreza. Esto, a partir de contar con salarios mínimos de hambre, además de graves índice de desempleo.
El Informe de la Pobreza en México, dado a conocer recientemente, por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, indica que la dimensión económica, medida a través del ingreso de las familias y su capacidad para adquirir los bienes y servicios necesarios para llevar ima vida digna, no ha mostrado mejora sustantiva, desde la primera edición en 2008.
Explica que la dimensión de los derechos sociales, que permite saber si las familias mexicanas y sus integrantes, tienen acceso a la educación, a la salud, a la seguridad social, a una vivienda decorosa, a los servicios básicos en ésta y a la alimentación, ha tenido un avance combinado en las diferentes entidades del país.
Sin embargo, indica que el trabajo precario, informal, y sin prestaciones, se ha mantenido, incluso incrementado, lo que ha provocado bajos ingresos y que tres de cada cinco mexicanos no tengan acceso a la seguridad social.
Coneval subraya que en México, la pobreza afecta a millones de niños, hombres, mujeres, adultos mayores y, sobre todo, a los pueblos originarios del país. En conjunto, señala, casi la mitad de la población mexicana es pobre, en base a lo cual se establece el combate a la pobreza como una prioridad que debe ser atendida por los tres órdenes de gobierno.
Explica que la dimensión social de la pobreza, medida a través de seis indicadores, muestra que tres de cada cuatro mexicanos, padecía al menos una carencia social en el 2012, siendo la más destacada la falta de acceso a la seguridad social, de 71.8 millones de personas.
El informe, refiere múltiples aspectos de la dramática realidad de los mexicanos. Una quinta parte de la población, en 2012, tenía un ingreso tan precario, que era inferior al costo de la canasta alimentaria y poco más de la mitad tuvieron un ingreso inferior a la línea de Bienestar, es decir, menor al valor de la canasta básica de bienes y servicios.
Hace hincapié, en que las mediciones de pobreza que ha realizado, en los últimos años, desde una perspectiva multidimensional, han facilitado la identificación de la población en pobreza, así como los grupos de población más afectados y su localización en el territorio nacional.
Para Baja California, este informe de Coneval, es desalentador. En 2012, la pobreza extrema en Baja California, que era de 91 mil 500 personas, en los dos últimos años se incrementó a 105 mil. Hay controversia por cuanto a las causas de esto.
El gobierno federal, a través de Sedesol, dice que el gobierno estatal, no participa en las mesas de trabajo, para definir las áreas dónde deben enfocar los programas de combate a la pobreza, lo que sí hacen los gobiernos municipales.
El gobierno estatal, por su parte, se queja de que el gobierno federal, no baja recursos para que ellos puedan fortalecer los programas de ayuda social, pero no justifica, ni explica, las razones por las cuales no participa en las mesas de trabajo, coordinadas por Sedesol.
No lo dice el titular de Sedesol en la entidad, pero se sabe que desde el inicio de la administración de Kiko Vega, lo han estado presionando para que los programas sociales los dejen en manos de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado. Que Sedesol sea solamente una institución normativa.
Lo delicado es que, el gobierno estatal panista, utiliza los programas sociales, para fortalecer su clientela política en las contiendas electorales. No suelta sus padrones de beneficiarios. Por el contrario, envía a sus recomendados a Sedesol, para que los incluyan, lo que no ocurre, precisamente porque no reúnen las características para ello.
Estos objetivos distintos, se reflejan en el incremento de la población en pobreza extrema. Ricardo Magaña, titular de la Sedesoe, trata de justificar esto, diciendo que se han dedicado a apoyar a personas que están en condiciones de pobreza, para evitar que caigan e pobreza extrema.
Sin embargo, la clientela política panista, les ha redituado triunfos electorales a los candidatos del PAN. No se puede explicar de otra forma.
Las cuestiones políticas se deben hacer a un lado. Todos los recursos destinados a programas de ayuda social, deben destinarse precisamente en beneficio de las comunidades en difíciles condiciones económicas. En coadyuvar a la creación de fuentes de empleo, con medianas y pequeñas empresas.
El establecer talleres de capacitación para el trabajo y en facilitarles el desempeño de sus actividades.
Todo eso, no solamente mejorará el bienestar de los bajacalifornianos, sino que se reflejará en la disminución de índices delictivos.
Nadie puede negar que, a mayor pobreza, crece la delincuencia. Es enorme el daño que se ocasiona a la comunidad, al destinar los recursos de ayudas sociales, a fines electoreros. Tales acciones, generan un retroceso social.