“Residuos peligrosos no son basura”

Tijuana, B. C., 29 de octubre de 2017 (GT).- El mal manejo de residuos peligrosos no solo causa daños a la salud y al ambiente, sino que es un delito federal grave, con posibilidad de no tener derecho a fianza, por lo que los generadores de esta clase de residuos están obligados por ley a entregarlos solo a empresas autorizadas por el gobierno federal.

Así lo remarcó el ingeniero bioquímico José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que, aunque parezcan inofensivos, los residuos peligrosos no son basura, por lo que ni ellos ni sus envases deben mezclarse con la basura común, pues se contamina agua, suelo y aire, afectando a la salud y al ambiente.

“En los muchos productos de uso cotidiano que generan residuos peligrosos están los derivados hidrocarburos en los autos, desde combustibles como gasolina y diésel, hasta insumos usados en reparaciones y el mantenimiento: aceite de motor y transmisión, líquido de frenos, anticongelante, sistema hidráulico de la dirección, grasa de diferencial y sus envases vacíos”, alertó.

Los residuos peligrosos, explicó, clasificados en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 052 con el código CRETIB (Corrosivo, Reactivo, Tóxico, Inflamable y Biológico-infeccioso), son a veces generados por actividades rutinarias y comunes en la vida diaria, por eso estamos acostumbrados a convivir con ellos, sin identificar o dimensionar su peligrosidad.

Aunque son sus características CRETIB las que los hacen capaces de causar daños a la salud y al ambiente, agregó Zavala Álvarez, buena parte del riesgo o consecuencias se deben a su manejo, la experiencia prueba que la magnitud del daño es en mayor medida producida o no por el manejo, de modo que un buen manejo minimiza el riesgo e impacto.

“El aceite de carro nadie lo bebe por el evidente daño o hasta muerte que produciría, pero con facilidad y frecuencia el aceite usado se arroja al drenaje, la calle o la basura, teniendo un impacto terrible en agua, el suelo o el aire cuando es quemado y mezclado con basura; sus envases se mezclan con basura común y causan un efecto multiplicador”, ejemplificó.

Con más frecuencia de la que imaginamos, alertó, los talleres mecánicos del gobierno municipal o de empresas de transporte público, de personal de maquiladoras y las flotillas de empresas, mezclan por descuido -o por una equivocada idea de ahorro- los residuos peligrosos generados en el mantenimiento y reparación de carros, camiones y maquinaria.

“Algunos talleres mecánicos son de servicio para sus propias flotillas, o sea que no tienen una razón social como taller, no son abiertos al público; sin embargo, su descuido en el manejo tiene impactos en la salud y el ambiente, además de que estos talleres se exponen a multas cada vez más altas, sanciones administrativas y hasta cárcel”, afirmó.

Recordó que el mal manejo de residuos peligrosos es un delito federal grave, con posibilidad de no tener derecho a fianza, siendo la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente responsable de la inspección y vigilancia, responsabilidad que recién comparte con otra dependencia federal, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).

“Los generadores de residuos peligrosos tienen obligación de ley para entregarlos solo a empresas autorizadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la ASEA; los generadores y responsables de gasolineras y talleres mecánicos nunca pierden su responsabilidad de los residuos peligrosos generados, por eso deben ser acuciosos de la empresa contratada para el manejo de los mismos”, explicó.

En confinamiento de residuos peligrosos, dijo, solo hay dos empresas en México, cercanas a Monterrey y Torreón, por ello algunas empresas que manejan estos residuos en Tijuana, como Biosea, optan por la exportación, permitida por Estados Unidos dentro de acuerdos internacionales como BASILEA, en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

José Carmelo Zavala destacó que el seguimiento de estos acuerdos por parte de autoridades de los dos países y los términos acordados por la comunidad internacional hacen que el generador tenga confianza en que el manejo y destino de los residuos peligrosos que genera serán los adecuados.
“El ciudadano común tampoco puede subrogar su responsabilidad, tener y usar un carro no es un derecho, sino un privilegio; somos responsables del manejo y destino de los residuos peligrosos generados, no el mecánico ni el taller, nosotros, debemos al menos preguntar y asegurarnos de que el taller y el mecánico estén cumpliendo con la ley”, remarcó.

Más allá de la inspección y vigilancia, finalizó Zavala Álvarez, que nunca serán suficientes, debemos guiar nuestra conducta con ética, educación y ejemplo a los hijos, dado que el tema ambiental y el manejo de los residuos peligrosos son una buena oportunidad para dar el ejemplo, aprovechemos el caso para hacer posible una Tijuana sustentable y sostenible.

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