Tijuana, BC 29 de mayo de 2016 (GT).- Los distintos órdenes de gobierno en México deben dejar de proteger y subsidiar a la industria automotriz, porque esta nació para facilitar la movilidad personal, pero su necesidad voraz de producir carros la convirtió en un obstáculo, un enemigo que construye mercados artificiales y dañinos a la comunidad.
Así lo destacó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), asegurando que es urgente cambiar la visión, porque el modelo original de facilitar la movilidad de personas y cosas se agotó al ser rebasado por el crecimiento inercial en la producción de vehículos con el que la esta industria fomenta el consumo y pone en riesgo al planeta, incluso con falsos argumentos ambientales.
“Con apoyo y protección de algunos gobiernos, la industria automotriz empuja la modernización del parque vehicular, considerando ´basura´ los carros de más de 10 años, pero qué hay del reúso, por qué no ampliar el ciclo de vida de los autos, por qué no hacer la cuenta completa de la energía utilizada en la producción de carros”, cuestionó Zavala.
Explicó que otro aspecto preocupante es que usar el resto de la energía fósil del mundo, lo destruiría y la industria automotriz va en ese camino, además de que hoy la alta densidad de carros en la ciudad genera un tráfico que paraliza, porque la movilidad no puede ser óptima si hay saturación de autos y la industria ya rebasó el nivel óptimo de producción.
“Con regulaciones ambientales y aduaneras de protección como industria nacional, obstruye la redistribución de carros que facilitaría el reúso y extender la vida útil, lo que sería mejor ambientalmente hablando por el costo energético ya utilizado en su producción, porque un carro nuevo inicia con una desventaja y deuda energética en su producción y la cuenta no es solo su eficiencia en el rendimiento de combustible en la operación”, explicó.
La industria debe dejar de producir carros o al menos bajar la producción, añadió José Carmelo Zavala, veamos al norte, ni mejores, ni más carreteras le ganan a la industria automotriz que inunda y paraliza ciudades, comunidades y personas, ahogándola y contaminándola, además de que sabotea el desarrollo urbano y los programas de salud, como antes lo hizo la industria del cigarro.
El gobierno mexicano, enfatizó el director del CIGA, y especialmente el de Puebla, cuida y protege a la industria automotriz por su peso en la economía y su capacidad de gestión influye y ha penetrado la estructura de gobierno; funcionarios de alto nivel tienen origen y fuertes vínculos profesionales en la industria automotriz.
“Volkswagen, Porshe, Seat, Audi, Mitsubishi, Nissan son algunas de las marcas que han reconocido haber usado la ciencia y la ingeniería para falsear en sus carros nuevos el rendimiento de combustible y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la verificación, engañando a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) y a todo el mundo, ¿Esta es la industria que queremos patrocinar?”, cuestionó Zavala.
Afirmó que hoy más que nunca la industria automotriz está bajo sospecha e incluso este mismo mes, el presidente de Mitsubishi Motors, Tetsuro Aikawa, anunció que renunciará debido al escándalo por la manipulación de las pruebas con las que se medía el consumo de combustible en sus vehículos, pues la compañía reconoció haber manipulado los niveles de emisión en modelos fabricados para Nissan desde 2013.
Finalmente, Zavala comentó que un nuevo estudio publicado en la revista científica “Nature Climate Change”, revela que seguir quemando combustibles fósiles como carbón y petróleo en los próximos 300 años, elevaría las temperaturas en algunas zonas del mundo hasta en 20 grados centígrados, lo que tendría impactos catastróficos sobre la vida en el planeta.