Gas natural no debe solo usarse en ruta troncal sino en todo el transporte

Tijuana, B. C., 2 de octubre de 2016 (GT).- Si bien el Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT) usará gas natural vehicular en los camiones de la ruta troncal, su uso también debe estimularse en los otros 10 mil taxis, calafias y camiones, porque modernizar no es solo tener carros nuevos, sino que los viejos usen combustibles más limpios.

Así lo remarcó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), destacando la importancia de que exista capacidad disponible para inducir a que el resto de las unidades de transporte público y no solo las de la ruta troncal, utilicen gas natural vehicular, en una transición al uso de energías renovables y limpias.

“Hoy estamos a un paso de tener gas natural para uso vehicular en Tijuana que detonará un mercado que puede reconvertir el transporte público más barato y menos contaminante, además de que al usar este combustible los camiones de la ruta troncal no tendrán que hacer la verificación vehicular”, afirmó Zavala Álvarez.

Añadió que entre los beneficios colaterales del SITT está el mejoramiento de la calidad del aire, pues la ruta troncal tendrá mucho mayor impacto en esto que la propia verificación vehicular, permitiendo tener un aire más sano y dar cumplimiento al derecho a un ambiente sano, que está plasmado en la Constitución Mexicana.
“Los combustibles gaseosos son tal vez la última etapa hacia las energías más limpias y renovables, todavía en su mayoría de origen fósil, pero cada vez más de fuentes renovables; su uso resulta significativamente más limpio y el manejo es sensiblemente diferente”, dijo el director del CIGA.

Añadió que el gas butano-propano (LP) tiene la mayor parte del mercado doméstico, parte del industrial y el automotriz por completo, pero implica mayor riesgo en su manejo, mientras que el gas natural está disponible en el sector industrial y doméstico en Mexicali, y en Tijuana tiene un uso industrial, pero pronto tendrá un uso automotriz con la ruta troncal.

“Gracias a la ruta troncal y su flotilla de camiones a gas natural, se hará rentable una estación para comprimir el gas natural y poder surtir a vehículos; ignoro si la estación ya está lista o si se construye actualmente; tampoco sé si estará lista en dos meses para que circulen los primeros camiones, espero que el Ayuntamiento la habilite a tiempo”, enfatizó.

Comentó que en la memoria colectiva aún está presente la controversia de la instalación de regasificadoras de gas natural en la costa, cuando de siete proyectos finalmente se instaló Sempra-Shell en Costa Azul, terminal de regasificación que hoy no opera, después de que el precio del gas natural bajó por la alta producción en Estados Unidos, debido a la fractura hidráulica, controversial por su impacto ambiental.

“En la zona se instaló también una terminal marítima de gas LP, que aumentó el riesgo en la zona, porque el metano es más ligero que el aire y el LP es más pesado que el aire, de modo que el metano se dispersa al subir e implica un menor riesgo de explosión”, agregó.

Añadió que a este escenario se suma ahora al norte, como un vecino de Bajamar, un proyecto de una Termoeléctrica de la CFE, pero cuando se habla de modificar un corredor industrial en la zona, la pregunta es ¿cómo hacer compatibles y vecinos la vocación turística y la industrial?, ¿es algo aceptable o manejable?

“Con los cambios y evolución del mercado de gas natural que suceden, ¿quién se hubiera imaginado que después de la controversia social y la gran inversión de la regasificación en Costa Azul hoy estaría sin operación?, ¿cuánto durará?, ¿30 o 40 años?, ¿tiempo suficiente para migrar hacia fuentes de energía renovables y limpias?”, cuestionó.

Recordó que el acceso y uso de ciertos combustibles son un indicador de desarrollo, según se trate de combustibles sólidos, como la leña y el carbón; combustibles líquidos, como combustóleo, diesel y gasolina, o bien aquellos en estado gaseoso, como el gas butano-propano (LP) y metano (gas natural).

Cocinar con leña, afirmó, expone al cocinero a partículas suspendidas, como ceniza, que causan serias enfermedades respiratorias y acortan la vida; está la historia del neumólogo que pregunta a una mujer de 80 años si fumaba y ella respondió que nunca, pero que media vida cocinó con leña, por lo que él le dijo que eso es como fumar dos vidas y ella murió de fibrosis pulmonar, porque sus pulmones ya no se expandían para poder respirar.

“Los combustibles sólidos son los que más contaminan el medio ambiente, desde el carbón en los tacos de asada, la leña para cocinar en zonas rurales sin acceso a otras fuentes de energía y las chimeneas como calefacción o uso recreativo en casas de economía media-alta, hasta la generación de electricidad en Estados Unidos, donde el 50 por cierto es a base de carbón; en México tenemos carboeléctricas en Coahuila”, finalizó.

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