El lastre político

Por : Gilberto LAVENANT

Tijuana BC 14 de diciembre de 2015 (GT).- Para todo político, los errores o excesos de sus compañeros de partido, significan un lastre que no los deja avanzar. Representan más que una piedra en el zapato.

Aunque lleven una trayectoria, más o menos limpia, el solo pertenecer al mismo partido político, les hace parecer como los más lacras del instituto político. Les toca pagar “los platos rotos”.

El problema es que cometen un error. Tratando suavizar un poco las cosas, a toda costa tratan de protegerlos. Piensan, o suponen, que si dejan que les apliquen el rigor de la ley, conforme a la gravedad de sus actos, va a repercutir en ellos y en su partido.

Eso les hace aparecer como cómplices. O como si fuesen de los mismos, aunque sean enemigos políticos. Del mismo partido, pero enemigos. Como si también fuesen unos pillos.

Cada quien debe ser y es responsable de sus propios actos. Que se sepa, cuando saquean las arcas públicas, no reparten el botín entre los demás miembros o compañeros de partido.

Lo único que comparten, son las culpas. En lo demás, no hay dividendos.

Ahí tienen los casos de los cinco exalcaldes priístas de Baja California. Los cinco parecen haber sido cortados por las mismas tijeras.

A los cinco, los protegen los mismos priístas. Enrique Pelayo Torres, de Ensenada, Francisco Pérez Rejada, de Mexicali, Javier Robles Aguirre, de Playas de Rosarito, Carlos Bustamante Anchondo, de Tijuana y Javier Urbalejo Cinco, de Tecate.

A este último, a Urbalejo Cinco, para protegerlo, lo incrustraron en el comité directivo estatal del PRI. Para vergüenza de los priístas del llamado “Pueblo Mágico”. Se dice que ahora lo quieren postular como candidato a diputado local. Como si estuvieran en los tiempos del viejo PRI, cuando triunfaban en los comicios, tan solo porque eran priístas.

Mientras tanto, los tricolores negocian con los panistas, para que no prosperen las denuncias penales contra Urbalejo.

Su sucesor, el actual Alcalde tecatense, César Moreno, finge que no se acuerda de Urbalejo y que desconoce las múltiples irregularidades que le heredó.

La Diputada nereida Fuentes, hace lo mismo. Parece que su compromiso es el de cuidar a Urbalejo.

Algo similar ocurre con Carlos Bustamante Anchondo. Unos 20 funcionarios del XX Ayuntamiento, serán inhabilitados, por su responsabilidad en el asunto de las luminarias, pero al exalcalde, nada más nada.

Y conste, es el principal involucrado en este asunto, pues fue él quien suscribió el contrato de arrendamiento de las luminarias, pagó por anticipado 25 de 26 mensualidades rentísticas, aún antes de que fuese instalada una sola y algunas ni siquiera fueron instaladas.

En el caso de Javier Robles Aguirre, entre otras cosas, permitió que Regidores del Ayuntamiento de Playas de Rosarito, se practicaran cirugías estéticas, con cargo a los recursos municipales. Y ahora, su hermana, Mayra Robles, la exdiputada federal, quiere ser Alcaldesa de dicho municipio. Y cree que se lo merece.

En el puerto de Ensenada, Enrique Pelayo Torres, el más controvertido de los exalcaldes priístas, hace tiempo que “nada de muertito”, tratando de pasar desapercibido y pretendiendo que con el tiempo todos los ensenadenses olviden su desaseada administración. Y si no lo olvidan, está el partido para cuidarlo. No faltaba más.

A muchos llama la atención, el cinismo que manifiesta el exalcalde de Tjuana, Carlos Bustamante Anchondo, quien dice que no se preocupa que investiguen el asunto de las luminarias.Afirma que él hizo bien las cosas y que en todo caso tendrán que demostrar que incurrió en irregularidades.

Muchos priístas, están temerosos de que asuntos como el de las luminarias, sean aprovechados por los candidatos de partidos opositores al PRI. Incluso, hay quienes opinan que ya es tiempo que se resuelva ese asunto y se castigue a los responsables, para que no sea utilizado como bandera política, en contra del priísmo.

Todo sería diferente, si se castigara a quienes incurren en irregularidades y, sobre todo, en actos de corrupción. En la medida en que se proceda oportunamente, se supone que disminuirá la corrupción. Si la solapan, seguirá como hasta ahora.

Mientras tanto, asuntos como el de las luminarias, son un estigma para los priístas. No saben hasta donde ha de llegar y cuántos resultarán involucrados.

Mientras tanto, seguirá siendo un lastre. Una piedra en el zapato de los priístas, que no les deja caminar con firmeza.

Pero lo mismo pasa con otros políticos, como en el caso de los panistas. Afortunadamente, para ellos, los rivales políticos, no son tan honestos y en todo momento están dispuestos a negociar.

Afortunadamente, para ellos, tienen la sartén por el mango, pues al ser titulares del Ejecutivo Estatal, tienen bajo su control la Procuraduría de Justicia del Estado y se reservan el derecho de la acción judicial. Por ello, el lastre político persiste y cada día es mayor.

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