CAMBIA PATRÓN MIGRATORIO EN MÉXICO

Tijuana BC 6 de marzo de 2015 (GT).-El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) recibió el pasado 5 de marzo a la Dra. Patricia Arias, investigadora de la Universidad de Guadalajara, quien dictó la conferencia “Género, familia y migración”, en el marco del 30 aniversario de los programas de posgrados de la institución.

La conferencia tuvo como principal premisa señalar el efecto que ha tenido la modificación de los patrones migratorios (sobre todo hacia los Estados Unidos), producidos en las últimas dos décadas, sobre la situación de las mujeres y las estructuras familiares afectadas por dicho fenómeno.

A partir de la década de los noventa, dichos patrones, ante las dificultades tanto de entrada al lugar de destino, pero sobre todo de retorno, modificaron las responsabilidades y el papel de la mujer, tanto de las que se iban, como de las que se quedaban.

Si bien, anteriormente la ausencia de los hombres migrantes significaba un incremento de la participación de las mujeres en la economía, la familia, religión, sociedad, entre otras cuestiones, ello no proporcionaba los mismos derechos que tales actividades les daban a los hombres, señaló la académica,

Las dificultades para el retorno de los migrantes y el envío de remesas, sin embargo, modificaron el patrón migratorio, consistente en la espera, por parte de la mujer, del retorno del hombre ausente, hacia un patrón distinto, consistente en la migración, al mismo tiempo, o de manera posterior, de las propias mujeres; lo que la investigadora llama un “proceso de reunificación de familias”.

En los lugares de destino y ante las condiciones adversas, agregó, los papeles, a menudo en condiciones desiguales, del hombre y la mujer sufren también otras modificaciones.

Además de la solvencia igualitaria de las necesidades económicas, bajos salarios y condiciones sociales distintas, las mujeres, en los lugares de destino, suelen mostrar una mayor integración social y mayor exposición y contacto que los hombres, con las personas e instituciones que les rodean.

Así mismo, la Dra. señaló que las nuevas disposiciones en las estructuras familiares, producto de un nuevo parámetro de ingresos en la familia, en donde ahora todos aportan, el peso de la figura femenina dentro de la misma, generalmente en la medida de su ingreso, es más fuerte.

Lo anterior, enfatizó, no sólo sucede en las familias que migran, sino en gran parte de las sociedades mexicanas actuales, donde un salario y un sólo proveedor (el padre), ya no son suficientes.

La investigadora concluyó que, si bien estas condiciones han reformado los roles de género en las estructuras familiares y en general, sigue siendo el hombre el sujeto empoderado, a menudo por condiciones que aplicadas a la mujer no provocarían su empoderamiento. Si bien, los patrones han cambiado las interacciones entre individuos, la migración ha tenido escaso impacto en la modificación de las relaciones de género en las comunidades.

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