Adiós al año viejo, adiós a la ‘tele de mi abuela’

México 30 de diciembre de 2015(La Silla Rota).- Al menos 300 televisores análogos han sido depositados en el centro de acopio del Parque Bicentenario como parte de un programa implementado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para evitar que los aparatos sean tirados a la basura y se conviertan en focos contaminantes.

El Programa Nacional para la Gestión de Televisores Desechados por la Transición a la Televisión Digital tiene como objetivo entregar los televisores a empresas que los reciclarán y aprovecharán sus componentes.

De cara al plazo límite para el apagón analógico, el próximo jueves 31 de diciembre, hasta 24 personas o familias enteras acuden a este punto diariamente a despedirse de un pedazo de sus historias.

La Trinitrón

La pequeña televisión de 15 pulgadas, a colores, fue una de las primeras en implementar la tecnología Trinitrón con la que la empresa japonesa Sony aseguraba a los consumidores imágenes 25% más brillantes.

Fue uno de estos aparatos el elegido por los hijos de doña Petra como regalo de 10 de mayo, allá por los años 60.
“Era la tele de mi abuela.

La ocupaba para ver las telenovelas, El Chavo del 8, Siempre en Domingo… también Chabelo”, cuenta Rodrigo quien ha ocupado la tarde de este martes para dejar el pequeño aparato en el centro de acopio para televisores análogos del Parque Bicentenario, uno de los que el Gobierno Federal instaló en el DF.

Doña Petra murió hace casi una década, para ser exactos, dos años antes de que Sony anunciara (2008) que la tecnología Trinitron había llegado a su fin y la sacara de circulación al no poder competir con las pantallas de plasma.

Antes de pasar a las bodegas donde yacen otros 300 televisores análogos que día con día han llegado hasta este punto, dos policías registran el aparato, miden sus pulgadas, le ponen un pedazo de masking donde escriben un número y al final lo envuelven en plástico.

“Ahora es parte de otra historia. Hay otras cosas que nos significan más que un simple televisor”, se sincera Rodrigo que hoy tiene 31 años y que recuerda cómo desde el primer día en el que llegó el televisor a su casa, las tardes para su abuela se consumieron viendo melodramas, noticieros y programas de espectáculos.

“Quizá mi abuela no hubiera querido deshacerse de su tele, pero ya es obsoleta. Sirve, prende, se escucha bien, pero ya tenemos una pantalla y preferimos que la reciclen a tirarla a la basura”, finaliza.

En ella vi Dragon Ball

Alex dice que su familia prácticamente lo comisionó para ir a deshacerse del aparato que durante 15 años estuvo en el cuarto de sus papás.

“Como en la sala siempre estaba alguien, yo me metía a ver la tele al cuarto de mis papás. En ella vi Dragon Ball y otras caricaturas”, recuerda el joven de 18 años.

Su televisión, el más grande de la casa hasta hace cinco años que compraron una pantalla de 50 pulgadas, fue también cómplice de su mamá.

“Ella se la ganó en una rifa de Navidad. Trabajaba en el ISSSTE, yo tenía tres años cuando se la ganó. También la ocupaban para ver películas… de acción, que son las que más le gustan a mi papá”, afirma.

El televisor tiene la marca Sanyo, que en japonés significa tres océanos y se refiere al sueño de sus fundadores por llevar sus productos a todos los continentes.

La empresa fue comprada por Panasonic a finales de 2009, lo que significó su desaparición en varias regiones del mundo. Hoy también ha desaparecido del cuarto de los papás de Axel.

“Mi mamá es la que no se quería deshacer de ella (la TV) pero ya tenemos dos pantallas, no tiene mucho caso que siga haciendo bulto en la casa”, dice Axel.

Un cementerio de cinescopios

Tres bodegas del Parque Bicentenario están repletas de televisores análogos. Envueltos en plástico, algunos aún con las antenas que ayudaban a mejorar la imagen.

Los más grandes hasta abajo y los aparatos más pequeños encima. Algunos televisores datan de hace no más de cinco años, otros de hace 20 o 30.

“Todos sirven, se ven bien, yo creo que si les hubieran comprado el adaptador para televisión digital servirían”, opina uno de los policías encargados de recibir a las familias que acuden al centro de acopio.

Pero el salto tecnológico que bajó la señal análoga en el DF el pasado 17 de diciembre y en otras 19 entidades del país el próximo 31 de este mes convirtió a tres bodegas del Parque Bicentenario en un auténtico cementerio de cinescopios.

Hasta 2007, la empresa Panasonic registró que en México el 90% de los consumidores compró una televisión de cinescopio, aparatos que este 2015 parecen haber vivido mejores tiempos.

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